Entre La Razón Y La Fe

Explorando el Diálogo entre Pensamiento y Creencia

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Verdaderos Amigos

Dé el Señor misericordia a la casa de Onesíforo; que muchas veces me refrigeró, y no se avergonzó de mi cadena; antes, estando él en Roma, me buscó solícitamente, y me halló. 2 Timoteo 1:16-17

Jesús nos llamó amigos, no siervos y eso es lo que él espera que seamos. Desgraciadamente, la palabra «amigo» se ha devaluado tanto, hasta el punto de confundir amigo con colega o compañero de pasatiempo.

Es conocida dentro de Latinoamérica la triste realidad de los desaparecidos. Personas que por discrepar con el gobierno o ideología de turno, son secuestradas ilegalmente, sin mediar juicio alguno. Durante la era de la violencia en el Perú, era común ver madres o familiares ir de delegación en delegación, sea policial o militar, arriesgándose a ser detenidos incluso.

De manera similar, las prisiones en la época del apóstol Pablo no eran lugares agradables. No existían organismos de derechos humanos, «ombudsmen» o «habeas corpus» en dicha época.

Aún así, Onesíforo realizó algunas cosas notables:

Buscó a su amigo solicitamente.
«Estando en Roma». Este hombre residía en Éfeso, sin embargo, viajó hasta Roma para buscar a su amigo Pablo.Buscó en varios lugares, entrando en cada celda y viendo a los presos que se amontonaban allí. Arriesgó su seguridad, pues él mismo se arriesgaba a ser detenido. Del ejemplo de Onesíforo, encontramos algunos principios para identificar el grado en que entendemos lo que es amistad.

Los amigos verdaderos enriquecen nuestra vida. El nombre Onesíforo en griego significa: «Provechoso, que trae ganancias». Los amigos que tienes, ¿enriquecen tu carácter y tu amistad con Dios o se juntan sólo para «eventos» o para pasarla bien?

Los amigos verdaderos no esperan que los llames, ellos te llaman primero. Pablo no estaba en condiciones para poder «dar una llamada, mandar un e-mail informando cómo estaba… menos para asistir a la conferencia anual…». Sin embargo, Onesíforo tomó la iniciativa. De ningún modo estoy abogando la mentalidad de víctima inmadura e infantil de algunos. Pero, ¿le has preguntado a Dios la verdadera razón por la que a veces algunos no asisten a los eventos o a los cultos dominicales?

Los amigos verdaderos están contigo en todo tiempo, sobre todo en tu dolor y cuando no eres aparentemente «famoso». Cuando las cosas se dan de otra manera, la relación no es de amistad; es de «conveniencia».

Los amigos verdaderos no se avergüenzan de ti, cualquiera que sea tu condición. Imaginemos a Pablo, sucio, humillado, atado con cadenas, en una celda incómoda… y sobran las palabras. Los verdaderos amigos irán a verte de todas maneras.

Los amigos verdaderos toman riesgos por ti. Onesíforo se arriesgaba a la cárcel y la muerte. ¿Cuántos arriesgarían su prestigio por ir a levantar al que está en prisión o en problemas?

Los amigos verdaderos dan verdadero consuelo. Job no la estaba pasando fácil. Sus «amigos» sacaron conclusiones premeditadas de cuál era su condición, en vez de oír a Dios y oírlo a él.

Somos conscientes de que, para cumplir la vocacion de Dios en nuestras vidas, el trayecto no lo haremos solos. Hay personas que Dios mismo añade a nosotros para que juntos nos motivemos a seguir adelante.

Jesús mismo nos dijo: «Ya no os he llamado siervos, sino amigos…». Ese es el grado de relación al cual has sido llamado a tener con Él. Pero, por supuesto, en nuestro caminar cristiano hallaremos amigos que también sean amigos de Él.

Tales son las cosas que deberían darse en nuestras parroquias y grupos.

¡Hasta pronto!

Dedicado a Napoleón Reyna (OR. USA.). A través de los años, ¡un amigo de verdad!

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