Una de las frases más comunes en la Biblia es: «no temas». Dios se la dijo a Josué; el ángel Gabriel a María, y en otros muchos pasajes, especialmente cuando Dios pedía que confiarán en Él, o que hicieran algo más alla de las fuerzas y sabiduría humanas.
El temor es una de las fuerzas más paralizantes de la vida. Muchos no maduran, no se comprometen, no forman una familia, ni emprenden un negocio, debido al temor. El temor paraliza al ser humano a través de fobias, timidéz y otras manifestaciones, según cada persona.
Por supuesto que es normal cierta dosis de temor. Por ejemplo, es saludable temer a lo desconocido, a una amenaza real. A lo que nos referimos es el temor neurótico que paraliza a la persona, aún más allá de su razón.
Básicamente las personas se paralizan y no actúan, por falta de fortaleza interior, por falta de sentido de valor y aprobación propios, y por no saber conquistar sus temores.
El apóstol Pablo nos dice en el pasaje de 2Timoteo 1:7 que el temor es un espirítu que nos esclaviza y atrae sobre nuestra vida precisamente aquello que más tememos… (1Juan 4:18)
El antídoto de Dios para vencer el temor es obedecer y ser lleno del Espíritu Santo de Dios. Él nos capacitará y librará para hacer su voluntad y a alcanzar nuestro máximo potencial a través de darnos:
- Poder:
- Amor:
- Dominio Propio:
Podemos entender porque Jesús mandó a sus discípulos «esperar a recibir el poder de lo alto (el Espíritu Santo)» en Hechos 1:7-8; el porqué Pablo exhorta «a ser llenos del Espíritu Santo» porque los días son malos. (Efesios 5:16-18).
Es la receptividad y obediencia al Espíritu Santo lo que nos facultará a dominar el temor que busca impedir que nos movamos en Dios.
¿Cuáles son los temores que ahora mismo lo paralizan? A menos que los conquiste por el poder del Espíritu Santo, llegarán a convertirse en realidad en su vida. ¿Dios le pide que haga algo más allá de sus fuerzas? A menos que dependa del Espíritu Santo, lo hará con sus fuerzas humanas, y se cansará.
Queridos amigos: Tenemos al mismo Espíritu Santo que convirtió a los discípulos de derrotados y temerosos, en conquistadores y valientes. El llamado de Dios a que haga algo imposible para usted, conlleva el llamado a que dependa más de Su Espíritu. Usted no está sólo. Pídale y Él lo llenará de su Espíritu.
¡Hasta Pronto!
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