¿Qué herencia dejará a sus hijos, si los tiene, o piensa dejarles, si aún no los tiene?
Naciones y familias viven las consecuencias de una herencia nefasta: Pobreza, miseria, enfermedades hereditarias, divorcio, etc.
Muchas veces estamos tan ocupados con el negocio, la profesión o el servicio a Dios que descuidamos las generaciones siguientes: Nuestros hijos.
Ya la Biblia hablaba de que se visitarían los pecados de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación.
La mejor herencia no sólo es monetaria (aunque de ser posible, esta debe incluirse), sino en carácter, hábitos, ejemplos y principios de vida y legarles el tesoro de la fe. Un buen nombre.Aunque se pierda el recurso monetario, el carácter que hayamos formado hará que eventualmente este se recupere.
Las influencias determinan el carácter de las personas. De allí que su papel como padre sea fundamental en formar las nuevas generaciones.
A continuación tenemos algunos principios que asegurarán que la siguiente generación tenga la mejor herencia.
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Aceptación. Acepte al niño por lo que es, no condicione esto a sus prejuicios o preferencias personales. No les imponga su proyecto de vida. Deje que ellos se desarrollen.
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Aprobación.Podemos provocarlos a ira si siempre incidimos en lo negativo antes que en lo positivo. Podemos desaprobar y corregir su conducta, pero jamás su identidad.
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Afecto. Un hijo e hija necesitan el contacto físico con el padre. Asimismo demuestre su afecto con palabras, hechos y dedicándoles tiempo.
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Pertenencia. Al tener un apellido, un hijo o hija pertenecen a un linaje familiar. Dios tiene planes para naciones, familias e individuos. De allí que el hecho de reconocer a los hijos, darles un apellido y vivir uno mismo de manera que se enorgullezcan de ese apellido es trascendental.
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Respeto por la autoridad. “Te sometes a lo que respetas”. Déles un buen ejemplo de integridad, para que más tarde, sus hijos puedan relacionarse adecuadamente con la autoridad.
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Fe. ¡Cuán importante es que ellos vean que ud. es practicante; que asiste a misa y participa, recibe los sacramentos, práctica su fe en casa, evangeliza con su conducta, reza por ellos.
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Estado De Vida. Solícitamente los ayuda a escoger la vocación que Dios tiene para ellos. Y al ellos hallarla, no se oponen, sino que los estimulan a seguir adelante. ¡Qué doloroso es ver familas «católicas» quienes si alguno de sus hijos manifiesta vocación a la vida consagrada o religiosa se oponen! ¡Cuántos padres quieren imponer asimismo profesiones y novios a sus hijos!.
El fallar en todas o algunas de estas cosas, hará que sus hijos caigan en manos de las sectas, movimientos revolucionarios, satiros, pandillas, drogas, etc.Lo que a su vez, impartirá otra herencia nefasta en las generaciones sucesivas.
Pída perdón a Dios y conságrese a dejarles una herencia en Dios.
¡Hasta Pronto!
Jorge Ayona
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