Entre La Razón Y La Fe

Explorando el Diálogo entre Pensamiento y Creencia

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La Era De La Tolerancia

Es sorprendente hoy en día lo común que es escuchar acerca de tal o cual ministro, o líder cristiano han «caído en pecado» cómo si hubiera sido un acontecimiento repentino , sin ningún tipo de aviso. En realidad, ninguna caída moral de un líder cristiano se produce de la noche a la mañana, sino que se llega a esto poco a poco, como aquella ilustración antigua de la rana que se le pone en agua fría en un principio, pero que puesta a fuego lento, y experimentar lentamente cambios cada vez más elevados en la temperatura, se cocina y muere, sin diste cuenta. El relativismo moral se ha infiltrado en la Iglesia.

Procesos y eventos pequeños e «insignificantes», pero que son tolerados y permanecen en el tiempo sin corregirse, a la larga, minan la integridad de vidas y ministerios.

Recordemos que «las pequeñas zorras» – cosas pequeñas e insignificantes – echan a perder las viñas – nuestra vida, familia, servicio o ministerio.

Cuando leemos los mensajes a las 7 Iglesias en Apocalipsis, nos nos percatamos que existen palabras tales como … “yo reprendo y castigo”, “si no te arrepientes quitaré tu candelero”… por enumerar unas cuantas.

Esto es especialmente relevante el día de hoy, en el cual bajo una incorrecta interpretación de la gracia, e influidos por las tendencias relativistas de nuestra cultura, hemos llegado a ser permisivos y tolerantes ante las mas groseras faltas a la integridad y moral bíblica, haciéndonos «de la vista gorda» ante esos hechos, porque las personas en cuestión exhiben dones y talentos espirituales, y cualidades de liderazgo sobresalientes.

Ya Jesús advertía que existía en Tiatira una profetisa – Jezabel, a todas luces con una enseñanza y moral corruptas, pero que el liderazgo de la iglesia no hacía nada para detenerla, seguramente por temor a ser considerados «legalistas» y «faltos de amor».

A Jesús mismo no le agradaba esto. Podemos arguir acerca del como llenar la iglesia, nociones de «gracia», «amor», etc. Pero el hecho primordial permanece: A Jesús no le agradaba que en esa iglesia ni el liderazgo no tomaran medidas en contra de esa mujer que engañaba al pueblo de Dios con falsas profecías, el participar en las cosas inmundas del sistema del mundo e inmoralidad sexual.

Se hace necesaria una nueva lectura de la Biblia acerca del verdadero sentido del amor y la gracia cristianas. Las definiciones que se tienen de los mismos en la actualidad tienen que ser despojadas de sus influencias seculares y retomar su sentido bíblico.

Es necesario un cambio de paradigma. ¿Queremos agradar a Jesús, o ser «populares» para atraer nuevos miembros a la iglesia? ¿estamos tan empapados del espíritu «lapso» y «tolerante»?

  1. Jesús mismo, se revela en Apocalipsis como el que sanciona y castiga el pecado, y que nada se le escapa. lleva la espada (juicio) y tiene ojos como de llama de fuego.
  2. Los imperativos y demandas morales de Dios no han cambiado; tanto más que los que estamos en liderazgo tenemos mayores requisitos y demandas de santidad que los demás.
  3. Nuestros pecados llevaron a la cruz a Jesús, por tanto, son serios ante los ojos de Dios y jamás deberían tomarse a la ligera.
  4. Que la verdadera noción de gracia, no es pasar por alto, sino que nos instruye a renunciar la vida antigua. Asimismo, ella misma nos habilita para no volver a caer.
  5. El perdón en la Biblia incluye el arrepentimiento, que es más que un dolor por el que pecado; implica alinearse con Dios y restituir – hasta donde se pueda – el daño causado. Este arrepentimiento debe ser visible y genuino.
  6. La iglesia, a lo largo de toda su historia, ha ejercido disciplina para con aquellos que persistían en vivir en pecado. De más está decir que esta se ejerce con la actitud correcta de amor, compasión, y deseo de restaurar, sin «fariseísmo».

Tales son los retos de nuestra pastoral en el Siglo XXI; el balance entre bondad y severidad; disciplina y restitución.

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