¿Salvo Siempre Salvo?

¿Salvo Siempre Salvo?

¿Una vez salvo, siempre salvo? Una mirada desde Romanos 10,9-10 y el texto griego

Introducción

Una de las doctrinas más populares en algunos ambientes cristianos protestantes es la llamada «una vez salvo, siempre salvo» (once saved, always saved). Esta enseña que, una vez que una persona ha hecho una profesión de fe sincera en Jesucristo, su salvación está eternamente asegurada, sin importar lo que haga después. Pero, ¿es esto lo que enseña realmente la Escritura, particularmente Romanos 10,9-10? En este artículo, analizaremos cuidadosamente el pasaje y su construcción griega para descubrir una verdad más rica y desafiante sobre la fe, la justificación y la salvación.

El texto en cuestión

Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para alcanzar la salvación (Biblia de Jerusalén, 2009).

A primera vista, podría parecer que este pasaje apoya la idea de una salvación garantizada con solo confesar y creer. Pero veamos más de cerca los verbos griegos y su construcción.

Análisis gramatical del griego

ὅτι ἐὰν ὁμολογήσῃς ἐν τῷ στόματί σου Κύριον Ἰησοῦν, καὶ πιστεύσῃς ἐν τῇ καρδίᾳ σου ὅτι ὁ Θεὸς αὐτὸν ἤγειρεν ἐκ νεκρῶν, σωθήσῃ.
  • πιστεύσῃς (creas) y ὁμολογήσῃς (confieses) están en aoristo subjuntivo, indicando una acción puntual, hipotética.
  • σωθήσῃ (serás salvo) está en futuro pasivo: serás salvado por Dios como consecuencia.
  • En el versículo 10:
    • πιστεύεται (se cree) y ὁμολογεῖται (se confiesa) están en presente pasivo, indicando una acción continua y habitual.

¿Qué implica esto?

El uso de estos tiempos verbales muestra que Pablo no está describiendo un evento único e irrepetible que garantiza salvación automática, sino un proceso continuo:

  • La fe es una disposición permanente del corazón.
  • La confesión es una actitud constante de fidelidad.

El testimonio del resto de la Escritura

  • «Trabajad con temor y temblor en vuestra salvación» (Fil 2,12).
  • «He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe» (2 Tim 4,7).
  • «Tú te mantienes por la fe. No seas altanero, más bien teme…» (Rom 11,20-21).
  • «El que persevere hasta el fin, ése será salvo» (Mt 24,13).

La visión de los Padres de la Iglesia

San Agustín enseñaba que la gracia de Dios inicia el proceso de salvación, pero que el ser humano debe cooperar con ella a lo largo de su vida (Agustín de Hipona, De gratia et libero arbitrio, siglo V).

Una salvación que requiere perseverancia

La salvación no se presenta en el Nuevo Testamento como un hecho estático asegurado de una vez por todas, sino como un camino que requiere vigilancia, esfuerzo y cooperación con la gracia de Dios. San Pablo mismo lo expresa en términos personales:

«Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor»
(Filipenses 2,12; Biblia de Jerusalén, 2009).

El verbo usado en griego, κατεργάζεσθε (katergázesthe), está en tiempo presente, lo que indica una acción continua. Pablo no dice que la salvación ya está asegurada, sino que debe ser trabajada constantemente, como una responsabilidad viva en la vida del creyente.

Además, Pablo añade con humildad y realismo:

«No que ya lo haya alcanzado, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo por ver si alcanzo aquello para lo cual fui también alcanzado por Cristo Jesús»
(Filipenses 3,12; Biblia de Jerusalén, 2009).
Si san Pablo mismo no pretendía haberlo alcanzado… ¿en dónde quedan los que se jactan?

Este testimonio refuerza la enseñanza de que el camino cristiano implica un proceso continuo, donde el creyente crece, persevera y madura en su respuesta a la gracia de Dios, confiando en Su fidelidad, pero también caminando con responsabilidad.

Conclusión

Romanos 10,9-10 no puede interpretarse como una garantía de salvación incondicional por una sola acción pasada. El texto, analizado en griego y en contexto bíblico más amplio, muestra que la fe y la confesión deben ser realidades vivas, constantes y perseverantes. La doctrina de «una vez salvo, siempre salvo» no está en armonía con el mensaje del Nuevo Testamento.

Una vez más, tengamos en cuenta esto:

«No que ya lo haya alcanzado todo, sino que prosigo para alcanzarlo» (Fil 3,12).

Referencias

  • Agustín de Hipona. (siglo V). De gratia et libero arbitrio.
  • Biblia de Jerusalén. (2009). Bilbao: Desclée de Brouwer.
  • Nestle-Aland. (2012). Novum Testamentum Graece (28. ed.). Deutsche Bibelgesellschaft.