
Dice el apóstol San Pablo:
Por eso no desfallecemos. Aun cuando nuestro hombre exterior se va desmoronando, el hombre interior se va renovando de día en día. (2Co 4:16)
Los años no pasan en balde…
¿No parece que fue ayer que eramos adolescentes, con plenitud de energías y fuerzas?… de repente, ya nos encontramos en otra etapa de la vida; en la que no podemos ya correr como podíamos, comer lo que solíamos, etc, etc.
Algunos, ante esta realidad del paso de los años se desalientan y se dedican a añorar los años pasados, negándose a vivir plenamente en esta nueva etapa.
Aunque tu cuerpo decaiga, tu ser interior – trascendente – experimenta lo opuesto: se renueva, es decir “se vuelve nuevo”.
Aún puedes aprender cosas, conocer gente nueva, tener una visión nueva. Cristo, dice el libro de apocalipsis, “hace nuevas todas las cosas”. La clave para vivir a plenitud toda edad de la vida es vivir unido a Él. Jesús dijo:
El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia.(Juan 10:10)
Te dejo esta reflexión de la Madre Teresa, que te puede ayudar a entender mejor esta perspectiva de vida:
Dios te bendiga!!
Jorge Ayona
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