En el Exodo, encontramos con una historia triste: El pueblo que semanas antes había salido de Egipto, viendo milagros portentosos de parte de Dios, estaba adorando un ídolo, un falso dios, desenfrenadamente. Dejaron de lado al Dios verdadero, y su adoración se parecía a la de los egipcios.
Cuando comparamos el cristianismo contemporáneo, nos preguntamos si en algunos casos no se está dando algo similar. Líderes anhelando que sus grupos crezcan, muchas veces llevados por ideas de «iglecrecimiento», emplean toda serie de recursos, tales como ritmos contemporáneos, coreografías, «métodos» y otras cosas similares – tomadas de grupos protestantes, metodologías tomadas del marketing – incluso de empresas «multinivel». No me entienda mal; el que algo sea moderno no quiere decir que sea «carnal» necesariamente, Lo que marca la diferencia es la motivación por el que algo se haga y el fruto en la vida de los involucrados.. El fin no justifica los medios.
«Examinadlo todo, retened lo bueno, absteneos de toda especie de mal» Es algo pertinente en esta época en que muchos líderes copian y adoptan las modas y estilos una sociedad laicista e indiferente.
¿No se parece Aarón a muchos líderes de la actualidad que sin mediar reflexión alguna de la biblia, tradición apostólica o del magisterio, adoptan programas y estilos, tan sólo porque «atraen gente», sin revisar el fruto que producen?
A continuación damos las características de un líder permisivo, Aarón, cuya trágico error llevó a la muerte a muchos.
- Son Extremadamente Inseguros
- Al igual que Aarón, muchos líderes el día de hoy, no tienen seguridad en Dios, en sí mismos, en sus capacidades, en su visión, y en su llamado. El resultado es que miden su desempeño según la opinión de seguidores; pues quieren complacerlos a toda costa. Esto ocurre en familias, negocios, empresas etc-
- . En esto último, el responsable teme perder su cargo o posición y ceden a las presiones de la gente.
- Buscan Popularidad
- Las medidas, estrategias o decisiones se toman con el propósito de agradar más a las personas que al mismo Dios. Si optamos por esta salida, dejamos de servir a Dios y a la larga producir´ resultados nefastos en nosotros y en nuestro entorno (Exodo 34, Galatas 1). Recordemos el caso del Rey Saúl (1Samuel 15) quien desobedeció a Dios y perdió el reino.
- No Fijan Límites
- Los Límites de Dios son para nuestra protección. Esa fue la intención de impedir que personas no preparadas se acercasen al Monte Sinaí y perecieran. El día de hoy igualmente hay mandatos que si los quebramos, nos quebrarán a nosotros.
- Hoy en día, la predicación incide más en las promesas de Dios que en sus demandas, y dejamos de este modo a una generación en peligro. Bajo el cliché de que Dios es un «Dios de restauración» o de «la misericordia de Dios» graves faltas son pasadas por alto.
- No Impulsan cambios Positivos Aarón trajo al presente los conceptos idolátricos que los israelitas habían supuestamente dejado atrás. Enseñanzas como la «prosperidad», «Dios no es religión», etc. pululan hoy. El efecto, se da en personas muy llevadas por emoción, sensación, activismo, pero sin contenido moral ni doctrinal. La Palabra de Dios debe ser enseñada de acuerdo al Magisterio, y sus normas morales practicadas para que efectivamente Egipto, con su opresión y esclavitud, sean dejados atrás.
- Divinizan Caprichos Humanos
- El becerro de oro representa un Dios bonachón, sin demandas, que cumple todos los caprichos sensuales del ser humano. Alguien comentó que cuando los seres humanos se fabrican ídolos, endiosan sus pasiones, caprichos y concupiscencias. Dice el relato bíblico que la gente se sentó a comer y a jugar, y no es que haya algo intrínsecamente malo en ello, sino que el ser humano al olvidarse de Dios y substituirlo por su bienestar, cae en estos mismos errores.
- Distraen Del Propósito De Dios
- El propósito de Dios ha sido y es misionero (Genesis 12:1-3). Somos bendecidos para bendecir. El peligro que vemos es el
- desbalance adecuado entre tantos eventos cristianos actuales – Conciertos, eventos de masas, y el testimonio cotidiano que cada discípulo debe de hacer. Personas con cargos y años en parroquias, que no testifican a nadie de lo que Dios ha hecho en sus vidas.
Todo debemos hacerlo con un sentido de Misión: Buscar y salvar al que se había perdido. Toda labor, innovación, programa de iglesia, tiene que conducir al evangelismo, discipulado, consagración. Una adoración que nos distraiga del compromiso evangélico, que nos lleve a depender únicamente de de las cosas de la tierra es, de hecho, nociva.
¡Hasta Pronto!
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