No es una Práctica Oculta
Publicado el [Fecha] | Categoría: Biblia, Teología, Espiritualidad
«¿Por qué me has inquietado haciéndome subir?» — 1 Samuel 28:15
Uno de los pasajes más intrigantes del Antiguo Testamento se encuentra en 1 Samuel 28, donde el rey Saúl, desesperado y abandonado por Dios, acude a una pitonisa en Endor para invocar al espíritu del profeta Samuel. 📖
Este episodio ha generado muchas preguntas a lo largo de los siglos: ¿Fue realmente Samuel quien apareció? ¿No está prohibida la necromancia? ¿Cómo puede Dios permitir algo así?
Desde la teología católica, este evento no es una excepción a la ley divina, sino una manifestación soberana de Dios que trasciende las normas humanas. Veamos por qué.
La Necromancia Está Prohibida — Sin Excepciones
La Biblia es clara: consultar a los muertos o invocar espíritus es pecado grave.
«No haya entre vosotros quien consulte a los adivinos ni a los hechiceros… quien invoque a los muertos.» — Deuteronomio 18:10-11
El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma esta prohibición:
CIC 2116: «Todas las formas de adivinación deben rechazarse: invocar a los muertos o a los espíritus… prácticas que enmascaran una búsqueda de poder sobre el tiempo, la historia y, en última instancia, sobre los demás humanos.»
Esto incluye:
Sesiones de espiritismo
- Tablas Ouija
- Consultas a médiums o chamanes
- Cualquier intento de «comunicarse» con los difuntos por medios ocultos
- Dios no comparte su gloria con nadie. Él es el Señor de la vida y la muerte. ⚖️
Pero… ¿Fue Samuel quien apareció?
Aquí está el misterio… y también la respuesta teológica.
Sí, fue Samuel — pero no por obra de la pitonisa, sino por permiso divino. 🕊️
La Iglesia entiende que esta aparición no fue un acto de necromancia exitosa, sino una intervención sobrenatural de Dios. Él, en su soberanía, permitió que el espíritu del profeta Samuel apareciera para pronunciar un mensaje profético de juicio sobre Saúl.
«Mañana tú y tus hijos estaréis conmigo.» — 1 Samuel 28:19
Este mensaje:
- Es claro
- Es profético
- Confirma la voluntad de Dios
- No busca manipular el futuro, sino anunciarlo
- Por eso, no puede ser obra de un demonio disfrazado, ya que los espíritus engañosos no anuncian verdades que glorifican a Dios.
¿Una Excepción Divina?
Sí. Y esta es una excepción única, no un precedente.
Dios, en su omnipotencia, puede permitir manifestaciones extraordinarias cuando lo juzga conveniente. Pero eso no autoriza a los humanos a buscarlas.
CIC 1032: «No hay… la posibilidad de una comunicación ordinaria con las almas de los muertos.»
Las almas de los difuntos están en la mano de Dios (CIC 1030). Algunas sufren en el Purgatorio, otras gozan en el Cielo. Pero no regresan a este mundo por voluntad propia ni por nuestros rituales.
¿Y qué hay de las apariciones de almas del Purgatorio?
La tradición católica sí reconoce casos auténticos de almas del Purgatorio que han aparecido a santos, como:
- Santa María Magdalena de Pazzi
- San Luis María Grignion de Montfort
- Beata Catalina Emmerich
Pero siempre bajo el permiso de Dios, y con fines de:
- Pedir oraciones
- Rogar misas
- Revelar verdades espirituales
- Convertir corazones
- Nunca para satisfacer curiosidad, vender «mensajes», o manipular el destino.
Conclusión: Dios es Soberano — No el Ocultismo
La aparición de Samuel a Saúl no justifica ninguna práctica oculta. Al contrario:
- Es una advertencia solemne sobre lo que ocurre cuando uno se aleja de Dios.
- Es una demostración de la autoridad divina sobre vida, muerte y profecía.
Saúl buscó a los muertos porque había rechazado al vivo. Y el mensaje que recibió… fue su sentencia final.
Dios puede hacer lo que nosotros no podemos. Pero eso no nos da derecho a invocar lo que Él prohíbe.
Reflexión Final
¿Buscas orientación? Acude a la oración, a la Palabra de Dios, a los sacramentos. ¿Tienes miedo del futuro? Confía en Aquel que lo sostiene en su mano. ¿Extrañas a un ser querido? Reza por ellos. Dios escucha.
No necesitas tablas, médiums ni rituales. Solo necesitas fe, esperanza y amor.
Fuentes: Catecismo de la Iglesia Católica, Sagrada Escritura, tradición patrística y mística católica.
Deja una respuesta