«Dé el Señor misericordia a la casa de Onesíforo; que muchas veces me refrigeró, y no se avergonzó de mi cadena; antes, estando él en Roma, me buscó solícitamente, y me halló» (2 Timoteo 1:16-17).
La Amistad: ¿Una Palabra Devaluada en América Latina?
En América Latina, la palabra amigo se usa con tanta facilidad que parece haber perdido su verdadero significado. Llamamos amigos a compañeros de trabajo, colegas de universidad, personas con quienes compartimos un pasatiempo e incluso a simples conocidos en redes sociales. Sin embargo, cuando enfrentamos dificultades, nos damos cuenta de que muchos de esos vínculos no son realmente amistades, sino relaciones superficiales basadas en la conveniencia o en intereses compartidos.
La amistad verdadera implica mucho más que compartir buenos momentos. Requiere compromiso, lealtad y, sobre todo, estar presente cuando el otro más lo necesita. En la Biblia encontramos un poderoso ejemplo en Onesíforo, quien no solo fue un compañero de fe para el apóstol Pablo, sino que arriesgó su seguridad para buscarlo y acompañarlo en prisión. Eso es amistad real.
Esta reflexión nos lleva a preguntarnos: ¿Cuántos de los que llamamos amigos realmente lo son? ¿Cuántos estarían dispuestos a ayudarnos en una crisis sin esperar nada a cambio? Y aún más importante: ¿somos nosotros ese tipo de amigos para los demás?
Jesús nos llamó amigos, no solo siervos, y eso es lo que espera que seamos entre nosotros. Desgraciadamente, la palabra «amigo» se ha devaluado tanto que muchos la confunden con ser un simple colega o un compañero de pasatiempo.
1. La Realidad de las Prisiones Romanas y el Sufrimiento de Pablo
Para entender el valor del gesto de Onesíforo, es necesario conocer las condiciones en las que Pablo se encontraba. En la época romana, las prisiones no eran lugares donde los prisioneros esperaban juicios con derechos garantizados. No existían organismos de derechos humanos ni leyes de habeas corpus que protegieran a los detenidos. Las cárceles eran espacios oscuros, insalubres y húmedos, muchas veces ubicados bajo tierra.
Los prisioneros eran abandonados a su suerte, dependiendo enteramente de la ayuda de amigos o familiares para obtener comida, ropa y otros cuidados básicos. De hecho, muchos morían por enfermedades y desnutrición antes de recibir una sentencia.
En su último encarcelamiento en Roma, Pablo no solo estaba privado de libertad, sino que también era tratado como un criminal peligroso. Se hallaba encadenado en un calabozo oscuro, esperando su ejecución. Fue en este contexto donde Onesíforo demostó la verdadera amistad.
2. Onesíforo: Un Ejemplo de Amistad Verdadera
El nombre Onesíforo (ὄνησιφόρος) proviene del griego y significa «el que trae provecho» o «portador de ayuda». Su vida hizo honor a su nombre, pues fue una verdadera bendición para Pablo en sus momentos más difíciles. Su ejemplo nos deja valiosas lecciones sobre la verdadera amistad cristiana.
3. Características de una Amistad Verdadera
3.1. Los amigos verdaderos enriquecen nuestra vida
Onesíforo fue una bendición para Pablo. Sus acciones no fueron solo palabras, sino hechos concretos. En nuestras vidas, los verdaderos amigos no solo están para compartir momentos agradables, sino que nos ayudan a crecer en carácter y fe.
3.2. Los amigos verdaderos toman la iniciativa
Pablo no estaba en condiciones de pedir ayuda, pero Onesíforo viajó desde Éfeso hasta Roma para buscarlo. No esperó ser llamado, sino que tomó la iniciativa por amor. ¿Cómo reaccionamos cuando sabemos que un amigo está en dificultad? ¿Esperamos que nos busquen o somos proactivos en brindar apoyo?
3.3. Los amigos verdaderos están en los momentos difíciles
Cuando Pablo era un predicador influyente, muchos estaban a su lado, pero en la prisión, pocos se atrevieron a visitarlo. Onesíforo no se dejó llevar por el miedo o la conveniencia, sino que demostró una lealtad inquebrantable.
3.4. Los amigos verdaderos no se avergüenzan de nosotros
Pablo estaba sucio, encadenado y en una celda oscura, pero esto no impidió que Onesíforo lo buscara solícitamente. Muchas veces, en nuestras relaciones, nos alejamos de quienes atraviesan momentos difíciles por temor a «mancharnos» con su situación.
3.5. Los amigos verdaderos toman riesgos por nosotros
Buscar a un prisionero cristiano en Roma era peligroso. Onesíforo se arriesgó a ser arrestado, pero eso no lo detuvo. La verdadera amistad implica sacrificios y riesgos.
3.6. Los amigos verdaderos brindan consuelo genuino
Muchos «amigos» de Job lo juzgaron en su sufrimiento en lugar de consolarlo. Onesíforo, en cambio, «refrescó» el alma de Pablo.
4. Aplicación para Nosotros
Para cumplir el llamado de Dios, no estamos solos. Dios coloca a personas en nuestro camino para que nos apoyemos mutuamente. La amistad cristiana no debe ser superficial ni basada solo en eventos o interés personal.
Jesús dijo: «Ya no os llamaré siervos, sino amigos» (Juan 15:15). Este es el modelo de relación al que estamos llamados.
Que Dios nos ayude a ser verdaderos amigos, como Onesíforo lo fue para Pablo. ¡Y que podamos rodearnos de personas que reflejen esa misma fidelidad!