Entre La Razón Y La Fe

Explorando el Diálogo entre Pensamiento y Creencia

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Días Difíciles

«Miren, pues, con diligencia cómo andan, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.» Efesios 5,15-16

Hay situaciones y momentos que implican retos; que en los cuales no encontraremos soluciones; tan solo podemos aprender a sobrellevarlas. Hay conflictos personales para los cuales no se podrán establecer acuerdos ni soluciones; tan solo queda seguir avanzando y tolerarlos sin que alteren nuestra armonía.

Todos pasamos días difíciles – días malos. En estos días se nos dice que debemos centrarnos en tener una conducta adecuada o sabia.

Deseo compartir lo que aprendí al pasar por uno de estos días.

Noche de insomnio, debido a los dolores de mi neuropatía. En el trabajo, no logré todo lo que me propuse. Me enteré de que varios allegados hablan mal a mis espaldas. Algunas personas intentaron estafarme, y otras cosas por el estilo.

Creo que el asunto no es huir, frustrarme ni deprimirme ante estas y otras adversidades.

Es en días como estos en los cuales, si las buscamos, se presentan grandes oportunidades. Eso es lo que hice.

Así, en las horas de insomnio, pude aprovechar para escribir algunos posts para mi blog y orar por sabiduría ante los diversos cambios y ajustes que debo hacer en mi vida.

Ante la falta de logro de todo lo que planifiqué en mi trabajo, aproveché para practicar la virtud de la paciencia ante mis limitaciones y la gratitud por lo que sí conseguí.

En cuanto a las personas que traicionan y defraudan, agradezco por los que sí están a mi lado y me cuido de los otros.

Los vaivenes de la vida no son siempre agradables. A veces aparecen problemas que no tienen solución fácil. Solo hay que aceptarlos y perdonar, sean errores propios o ajenos, sean circunstancias. Quizás resulte difícil, pero es un gran paso para crecer y sanar tu mente. Pero no solo es aceptar.

¡También podemos cambiar nuestras expectativas! Fijémonos en lo que sí podemos controlar y aprendamos a no forzar lo que no podemos. Al fin y al cabo, ¿qué haría nuestra vida más plena y feliz? Las cosas no son perfectas, pero con decisiones y actitudes correctas lo pueden ser. ¡Y por supuesto, no olvidemos la conexión con nuestros valores y metas personales!

Centrémonos lo que sí podemos controlar: Nuestras actitudes, pensamientos y conducta, pero no el las circunstanias con las que nos encontremos en nuestro día.

No dejes que días como estos te detengan. Cierra los ojos, respira y sigue adelante.

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