En los últimos tiempos he estado viendo algunos canales católicos en YouTube, tanto de orientación progresista como tradicionalista.
Quiero centrarme aquí en algunas preocupaciones que he notado en ciertos sectores del tradicionalismo, sin ánimo de criticar personas, sino de reflexionar a la luz de la fe:

Algunos errores frecuentes que he observado

1. Opiniones privadas sobre decisiones del Magisterio

Veo con preocupación que algunos se permiten emitir opiniones personales sobre decisiones papales o incluso sobre el Magisterio auténtico, sobre todo en relación al Concilio Vaticano II. Esto, en la práctica, no es otra cosa que libre examen protestante disfrazado, ya que ponen su juicio por encima del Magisterio vivo de la Iglesia.

2. Cuestionamiento sistemático de autoridades eclesiales

A partir del punto anterior, se sigue un cuestionamiento constante a obispos, decisiones pastorales, nombramientos y orientaciones, como si cada fiel tuviera autoridad para juzgar a los pastores. La corrección puede ser legítima, pero debe hacerse según las formas católicas, no creando confusión o división pública.

3. Acusaciones de infiltración y pérdida de la Iglesia

Muchos insisten en que “la Iglesia ha sido infiltrada” y que ya no es lo que era. Pero eso no es novedad: ya San Pablo advirtió que vendrían falsos pastores, y los Padres de la Iglesia sabían que dentro del cuerpo visible habría miembros infieles. Pretender que eso destruirá a la Iglesia es negar su indefectibilidad, cosa que ni el arrianismo, ni el protestantismo, ni las persecuciones lograron hacer.

4. Uso excesivo de revelaciones privadas

Otro punto preocupante es la excesiva dependencia de revelaciones privadas, visiones, apariciones y mensajes supuestamente celestiales, utilizados para sacar conclusiones doctrinales o proféticas. El Catecismo es claro: las revelaciones privadas no pertenecen al depósito de la fe (cf. CIC 67), y ningún fiel está obligado a creer en ellas, aunque hayan sido aprobadas.

5. Errores sobre el Vaticano II

Hay quienes dicen que la Iglesia comenzó con el Vaticano II, lo cual es un error progresista.
Pero también están quienes dicen que la Iglesia terminó con el Vaticano II, lo cual es un error tradicionalista.
Ambas posturas son falsas.

La Iglesia es de Cristo, y Él la guía a través de la historia, con continuidad y desarrollo verdadero, no ruptura.

La Sagrada Escritura ya lo advertía

Nada de esto es novedad para quien conoce la Escritura. Ya se nos advirtió de pastores infieles, errores y apostasías. Pero también se nos dio una promesa: la Iglesia no será destruida.

  1. Hechos 20,28-30

    “Tened cuidado de vosotros mismos y de toda la grey, en medio de la cual el Espíritu Santo os ha puesto como obispos para apacentar la Iglesia de Dios… Yo sé que después de mi partida se introducirán entre vosotros lobos feroces que no perdonarán al rebaño.”

  2. 2 Tesalonicenses 2,3-4

    “Nadie os engañe de ninguna manera. Porque primero ha de venir la apostasía, y ha de manifestarse el hombre de iniquidad…”

  3. Mateo 16,18

    “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.”

Los Padres de la Iglesia sobre la indefectibilidad

Los Padres sabían que habría momentos oscuros, pero nunca dudaron de la permanencia de la Iglesia hasta el fin.

  1. San Cipriano de Cartago

    “No puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia por madre.”
    (De catholicae ecclesiae unitate, 6)

  2. San Agustín

    “La Iglesia vacila, pero no cae. Es zarandeada por las tempestades, pero no se hunde.”
    (Sermón 295,3)

  3. San Ireneo de Lyon

    “Donde está la Iglesia, allí está el Espíritu de Dios; y donde está el Espíritu de Dios, está la Iglesia y toda gracia.”
    (Adversus Haereses, III, 24,1)

El Magisterio afirma la indefectibilidad

“Esta Iglesia, constituida y organizada en este mundo como sociedad, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él (…). El Señor Jesús, al confiar a los Apóstoles su misión, les prometió permanecer con ellos hasta el fin del mundo.”
Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, 8

“La Iglesia es indefectible, porque, fundada por Cristo, no puede dejar de existir ni fallar en su misión.”
Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, n. 163

Conclusión: nuestra actitud como católicos

Sí, hay escándalos, errores y divisiones. Pero eso no es nuevo.

No estamos llamados a juzgar la Iglesia desde fuera, sino a permanecer fieles en ella, orando, formándonos y construyendo en comunión.

Cristo vive, y Él cuida de su Iglesia.
No tengamos miedo, ni caigamos en los extremos del progresismo ingenuo o del restauracionismo desesperado.

“En el mundo tendréis tribulación, pero confiad: yo he vencido al mundo.”
— (Jn 16,33)


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