
Entonces Moisés levantó su brazo y golpeó la roca dos veces con su báculo. – Números 20:11
Uno de los eventos, a mi juicio, mas tristes en la Biblia, es este incidente en la vida de Moisés. Muchas personas comienzan bien, tienen unción y carácter, un tremendo llamado de Dios, éxitos al inicio, pero no logran terminar la carrera, o ver aquello por lo que lucharon tanto.
Planteemos la pregunta, ¿Usted va a cumplir el destino que Dios tiene para tu vida? Tal vez usted nunca ha pensado en ello. Dios tenía un plan perfecto para llevar a Moisés al pueblo de Egipto y en la Tierra Prometida. Existe un dicho popular el pan se quema a la puerta del horno. A Moisés le pasó. Esto le impidió terminar bien una gloriosa vida de servicio a Dios.
Moisés reaccionó como Jesús dijo que no debíamos hacerlo. «El quiera se el primero, debe de hacerse el siervo de todos». Nuestro modelo de liderazgo es servicio, es abnegado, buscando ver y sacar lo mejor de las personas.
Cierto es que en el camino y las tensiones propias del liderazgo, podamos resentirnos, frustrarnos ante la indiferencia, dureza de corazón de las personas a nuestro cargo. ¿Cómo mantenernos limpios, enfocados?
La Presencia de Dios
Moisés ya sabia que ese era un pueblo duro de corazón. Asimismo ya había percibido lo que necesitaba: El Sentido De La Presencia de Dios. Entonces, válidamente concluimos que en el incidente aludido, Moisés no estaba reposando en la presencia de Dios.
Moisés ya tenía una tendencia a desgastarse en el trato con las personas. Recordemos el consejo de Jetro (Exodo 18:17-30). Según él, Moisés debía tener como prioridad, el relacionarse con Dios y con los demás.
Esa es la única manera de salir airosos. Jesús mismo estaba frustrado muchas veces con sus discípulos, con la gente que lo apretaba y no lo dejaba solo; con los escribas y fariseos, etc. Sin embargo, vemos en Él una vida rica de búsqueda del rostro de Dios. Ese es el secreto para acabar bien.
¡Cuantas veces vemos ministros y ministerios que comenzaron con búsqueda de Dios, y las señales, la promoción, la integridad los seguían! Para después terminar en medio de escándalos.
Cualquiera sea la actividad que realicemos: empresa, iglesia, familia, etc. llegará el momento en que la gente, los problemas nos cansen y frustren. En esos tiempos, recordemos a Moisés y a Jesús. Recordemos ir a la presencia de Dios
La Palabra de Dios
El pueblo de Israel se queja de que no tenían agua para beber. Fue otra de las muchas pruebas para Israel. Moisés preguntó a Dios y Dios dijo: «… Habla con la roca…y se derramará el agua» (Núm. 20:8 a). ¡Ese era el llamado a un nuevo nivel de conocimiento!: el poder de la Palabra hablada. Pero, Moisés, en su frustración y enojo con la gente, comenzó a actuar en su propia experiencia y juicio, basado en los antecedentes de pueblo y en el éxito de la primera vez que enfrentó a la roca, y cometió un trágico error. En lugar de hablar a la roca, que golpeó la roca dos veces con su báculo. A pesar de su desobediencia, el agua brotó…. pero tanto el pueblo como Moisés perdieron la oportunidad de aprender la Ley Espiritual que rige en la Tierra Prometida: El Poder De La Palabra Hablada
Una Nueva Dimensión
Dios estaba llamando a Moisés a otra dimensión. Moisés debía utilizar sus palabras para producir el milagro. Sin embargo, no sólo se enojó, sino asumió el crédito y deshonró a Dios. Dependió de su bastón, el símbolo de su autoridad como Pastor, para enfrentarse al pueblo y al obstáculo. ¿Le suena familiar?
Cuando llegamos a ser duros y crueles, cuando dependemos de nuestros conocimientos, habilidades, cargos y fortaleza propia, nosotros estamos en control, y ya no Cristo. Estamos en peligro de no entrar en la Tierra Prometida, a la bendición de Dios.
Esta dimensión espiritual a la cual Dios lo quiere llevar requiere que usted conozca, en verdad, el poder de la presencia y la palabra hablada de Dios. la paciencia y la obediencia. Aprenda a entrar en ese nivel primero usted en lo interior, para guiar después a sus seguidores. Fallar en esto le costó a Moisés el logro de su vida. ¡Cuanto más a nosotros!
¡Hasta Pronto!
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