Una Promesa Viva En Cristo

Si alguna vez te has encontrado diciendo: «Estoy cubierto de debilidades, me falta sabiduría para administrar mis recursos, capacidad y fortaleza para generar ingresos…», este mensaje es para ti. A menudo nos sentimos desbordados, con nuestras fuerzas al límite y sin respuestas claras. Pero en medio de esta fragilidad, la Palabra de Dios nos recuerda algo poderoso: el pacto que Dios hizo con Abraham, que se cumple plenamente en Cristo, también te cubre a ti, hoy, aquí y ahora.

No se trata de una fórmula mágica, ni de una teología de la prosperidad desarraigada de la cruz. Se trata de una promesa viva, de una alianza sellada por Dios mismo que asegura su presencia, su provisión, su guía y su fidelidad, incluso (y especialmente) cuando estamos rotos.

1. El pacto incluye provisión en medio de la debilidad

Cuando Dios estableció su pacto con Abraham (cf. Gn 15), éste no tenía ni tierra, ni hijos, ni fuerzas humanas para lograr lo prometido. La promesa era desproporcionada a sus capacidades. Pero Dios no pidió a Abraham que fuera suficiente: Dios juró por sí mismo que cumpliría lo prometido.

En muchos pasajes bíblicos, cuando Dios se manifiesta como El Shaddai (Dios Todopoderoso), lo hace precisamente en contextos de esterilidad, pobreza o incapacidad. Es el Dios que provee maná en el desierto (cf. Ex 16), el que da alimento a todo ser viviente:

«El que da alimento a todo ser viviente, porque es eterna su misericordia» (Sal 136, 25).

La palabra traducida como «misericordia» en este salmo es ḥéṣed, una palabra hebrea que también significa «amor leal, fidelidad pactada». No se trata simplemente de compasión emocional, sino de un compromiso firme de parte de Dios con aquellos que ha elegido.

2. En Cristo, el pacto se extiende a nuestras necesidades concretas

Con la venida de Jesucristo, ese pacto se ha plenamente realizado. San Pablo lo expresa con claridad:

«Pues todas las promesas de Dios han alcanzado su en Él» (2 Co 1,20).

Cristo es la garantía de esa alianza. Y en Él, el pacto no se limita al alma o a lo abstracto: abarca también nuestras necesidades cotidianas. Jesús mismo lo dijo:

«Busquen primero el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura» (Mt 6,33).

San Pablo lo reafirma:

«Mi Dios proveerá a todas sus necesidades según su riqueza en gloria en Cristo Jesús» (Flp 4,19).

Esto no significa que la vida cristiana será exenta de pruebas, pero Dios promete acompañarnos, formarnos, y sostenernos incluso en el dolor y la escasez. La fe en el pacto nos da una mirada sobrenatural sobre nuestras circunstancias.

3. Tu debilidad es el lugar del pacto

Cuando reconoces: «me falta sabiduría… me falta capacidad…», estás justamente en el lugar donde Dios puede obrar. El mismo Cristo dijo a san Pablo:

«Te basta mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Co 12,9).

La alianza con Dios no requiere que seamos perfectos o autosuficientes. Requiere fe y apertura. Como enseña el Catecismo:

«La fe es un don sobrenatural de Dios. Para creer, el hombre necesita la gracia interior del Espíritu Santo» (Catecismo de la Iglesia Católica [CIC], 153).

Y esta fe se traduce en confianza en su providencia:

«Jesús nos invita a un abandono filial a la providencia del Padre celestial» (CIC, 305).

Aun cuando te sientas incapaz, Dios sigue siendo fiel. Como dice san Pablo:

«Si somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede negarse a sí mismo» (2 Tm 2,13).

En resumen

¿Estás pasando por debilidad, confusión o carencia? El pacto de Dios te cubre ahora mismo. En Cristo:

  • Te cubre con provisión:

    «El que da alimento a todo ser viviente» (Sal 136,25).

  • Te cubre con dirección:

    «El Señor es mi pastor, nada me falta» (Sal 23,1).

  • Te cubre con gracia:

    «Mi poder se perfecciona en la debilidad» (2 Co 12,9).

Confía en su fidelidad. Aférrate a su ḥéṣed. El pacto no se ha roto: se ha sellado para siempre en la sangre de Cristo.


Referencias:

  • Catecismo de la Iglesia Católica. (1992). Libreria Editrice Vaticana.

  • La Santa Biblia, edición de la Conferencia Episcopal Española (2010).

  • Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Dominus Iesus. Vaticano, 2000.

  • Sánchez, J. (2020). El pacto de Dios: una teología bíblica del Antiguo y Nuevo Testamento. Ediciones Paulinas.

  • Wright, N. T. (2013). Paul and the Faithfulness of God. Fortress Press.


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