Entre La Razón Y La Fe

Explorando el Diálogo entre Pensamiento y Creencia

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¿Quejas?

Uno de los más grandes obstáculos que tenemos cuando pasamos tiempos difíciles es la tendencia a la negatividad, a la queja, a poner la atención en lo que nos falta, en nuestros defectos. Y al hacer eso, lo que hacemos es que nuestra percepción se cierre a ver lo bueno en otros y en lo que nos pasa.

Si persistimos en este enfoque negativo, a la larga se hará parte de nuestra estructura mental básica… y nos convertiremos es esos seres quejosos… sin gusto por la vida.

Ya Jesús nos había dicho que «en el mundo tendremos aflicción», y por supuesto, tenemos defectos y, como diría San Pablo, «no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero: eso hago».

Sin embargo, auxiliados por la gracia de Dios es posible revertir esa tendencia negativa. Esa misma gracia que recibimos de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía, la lectura meditada de las Sagradas Escrituras, la participación en la misa, la oración, etc.

De repente las circunstancias no cambiarán, pero la gracia garantiza que, si colaboramos con ella, cambiaremos nosotros.

Eclesiastés 9, 7-10

Anda, come con alegría tu pan y bebe de buen grado tu vino, que Dios está ya contento con tus obras.8. En toda sazón sean tus ropas blancas y no falte ungüento sobre tu cabeza. 9. Vive la vida con la mujer que amas, todo el espacio de tu vana existencia que se te ha dado bajo el sol, ya que tal es tu parte en la vida y en las fatigas con que te afanas bajo el sol. 10. Cualquier cosa que esté a tu alcance el hacerla, hazla según tus fuerzas, porque no existirá obra ni razones ni ciencia ni sabiduría en el seol a donde te encaminas.

 

El verso 8 nos presenta la acción de la gracia de Dios: carácter puro, mente clara, vida familiar, laboral ordenadas; capacidad de gozar de la vida, tal como se presente, porque la felicidad y el gozo dependen del que está con nosotros. Dios es nuestra felicidad. De esa manera aprovechamos esta vida para hacer todo lo bueno que podamos, sin dar lugar a la queja y resentimiento. ¿Puede pasarme algo verdaderamente malo si Dios está conmigo? En esta vida se dan contradicciones, porque estamos esperando que El renueve todas las cosas; más no nos deja solos

San Pablo Decía: «Si Dios es con nosotros, ¿quién contra nosotros?» «todas las cosas obran para bien de los que aman a Dios».

Para mostrarte como cooperar con la gracia que recibimos en los sacramentos, te dejo esta historia:

LAS CAJAS DE DIOS

Tengo en mis manos dos cajas que Dios me dio a guardar.

Me dijo: Pon tus tristezas en la negra, y todas tus alegrías en la dorada.

Seguí estas palabras y en ambas cajas tristezas y alegrías guardé respectivamente.

A pesar de que la dorada se hacía más pesada día con día, la negra era tan ligera como antes…

Lleno de curiosidad, abrí la caja negra para ver lo que ocurría, y vi en el fondo de la caja un agujero por donde mis tristezas habían desaparecido.

Se la mostré a Dios y le dije:

Me pregunto ¿dónde están mis tristezas?

Y con una tierna sonrisa me respondió:

«Hijo mío, todas ellas están aquí conmigo».

Le pregunté: Dios mío, ¿por qué me diste las cajas?

¿Por qué la dorada, y la negra con agujero?

Y él me respondió: «Hijo mío, la dorada es para que tomes en cuenta todas tus bendiciones, la negra es para que puedas olvidar».

Dios te bendiga!!!

Jorge Ayona

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