14 De Julio De 2016

14 De Julio De 2016
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Vengan A Mí y Hallarán Descanso

¡Buenos días!. El evangelio de hoy está en Mt 11, 28-30:

En aquel tiempo, Jesús exclamó: «Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera».

Esta es la era del stress. El ritmo de vida se ha hecho tan agitado: la competividad, los horarios laborales, la familia, las exigencias, ¿no es verdad? Los días se acortan, y tenemos tantas cosas que hacer.

Esta realidad no solamente se da en el trabajo y en la familia, también se da en el apostolado, en la parroquia; como que nuestras ocupaciones no se limitan al trabajo, profesión y familia; desde el momento que te has entregado a Jesús para ser un laico comprometido, parece que nuevas ocupaciones -y preocupaciones- se han añadido a tu vida… y sientes que no puedes más.

Ayer conversaba con un amigo y me decía que estaba sumamente cansado… aparte de todo lo que tenía que hacer, se sumaba la falta de respuesta de los integrantes de su apostolado: su ausentismo, su falta de colaboración, la falta de compromiso – y quería renunciar y «tirar la toalla». La pregunta surge, y también hemos pensado así: «encima de todo lo que tengo que hacer ¿para qué hacerme problemas aceptando colaborar en la parroquia, no veo resultados, si no veo crecimiento?»

En este pasaje, Jesús realiza una comparación bastante gráfica, con tu permiso, nos compara a bueyes de carga; exhaustos, cansado; sobre cargados de objetos pesados, como un animales de carga que se le exige y no dan más. ¿No nos sentimos así todo el tiempo?

La realidad es que mientras estemos en este mundo, siempre estaremos sobre cargados. La mies es mucha, pocos los obreros -dice el evangelio. Tendremos presiones, desilusiones. El asunto es: si presa de tu autosuficiencia, autonomía y arrogancia llevarás la carga tú sólo, o con Jesús.

Jesús no te quita la carga; te alivia llevándola junto contigo. Es un trabajo de dos: Él comparte la carga contigo. En este mundo seguiremos teniendo dolor, cansancio, otros se van a aprovechar de nosotros, nos van a decepcionar. Muchas veces tendremos que llevar las cargas, el cansancio, los problemas de los otros – además de los nuestros. Pero precisamente esas cruces son las que nos van a transformar en otros cristos, las que nos llevarán a la santidad, que es la meta de nuestra vida.

Cuando Jesús lleva la carga contigo, tus cansancios tienen un propósito: tu transformación, y el bien de otros. Tienen una recompensa: el ver a Dios. Tienen una meta: la santidad.

San Pablo dice que fue capaz de hacer mucho más que otros en 1Cor 15, pero no él, sino la gracia de Dios con él. Este es el secreto. Esto significa el que Jesús lleve la carga contigo.

¿No te ha pasado que cuanto estás entusiasmado con algo, estás enamorado o amas a alguien tu capacidad de resistir se incrementa? ¿Cuál es el secreto entonces para seguir entusiasmad y enamorado? La oración. Es en esta que aquietamos nuestras pasiones y reacciones de querer tirar todo – y a todos- por la borda, y nos humillamos en nuestra arrogancia y autosuficiencia para que Él nos de su gracia.

Jesús no intervendrá en tu vida, no te ayudará a llevar tu carga, si no se lo pides. Por eso es indispensable la oración, los minutos que dediques cada día a estar con Él; aunque no sepas que decirle, aunque no le digas nada. Sólo ponte en silencio, llámalo aunque sea con una palabra.

Cuéntale tus problemas, llora en su presencia, hazle preguntas, perdona… se totalmente transparente… y te lo garantizo, la paz de Dios vendrá sobre ti. Y como dice el profeta Isaías, tendrás nuevas fuerzas y te renovarás… pero Ora!!

Que tengas un lindo día.

Que Dios te bendiga!!

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